martes, 29 de marzo de 2011

Feminismo y maternidad



"Como feminista de la segunda ola (la de los años 60 y 70) fui, por cierto, marginal y discutida. ¿Por qué? Porque pese a apoyar las luchas de las militantes sobre la sexualidad, el control de la fecundidad, el poder o el trabajo, estaba convencida de que la maternidad sería una cuestión central de la identidad femenina. No podía sentirme satisfecha con la orden implícita: “Sé madre y callate". Mi profesión de historiadora, al igual que mi propia sensibilidad, me permitían afirmar que la maternidad no era solamente un desarrollo narcisista, un júbilo personal. Era también, en igual medida, una función social. Y yo estaba convencida de que ignorando esa función social, se ignoraba la mitad, por lo menos, de las realidades maternas. Desde entonces, los resultados de mis investigaciones no han hecho más que reafirmar esa certeza. El feminismo debe ante todo repensar la maternidad: todo lo demás se dará por añadidura"


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